El 22 d'abril de 2012 es va publicar un article de Federica Alborch sobre SomSonats al portal web de Notícies del Maestrat, Els Ports i la Tinença de Benifassà (3x4.info).
El podeu consultar a:
http://www.3x4.info/novaweb/index.php/cultura/130-ultimes-noticies-cultura-ultimes-noticies-cultura/3987-som-sonats-o-el-arte-de-renovar-la-musica-tradicional
O llegir-lo directament ací:
CULTURA
- Detalles
- Publicado en Domingo, 22 Abril 2012 17:38
- Escrito por Federica Alborch
En los últimos tiempos la música tradicional ha vuelto a tomar un
puesto relevante en el panorama musical valenciano. Voces como la de Pep
Gimeno, “el botifarra”, han animado a jóvenes músicos a tomar su propia
iniciativa y acerca este tipo de sones a las nuevas generaciones. Es el
caso del grupo SomSonats, formado por cuatro jóvenes de diversa
procedencia geográfica, pero cuyo punto de encuentro (y también de
ensayos) es Vinaròs.
Ellos son Pere Gumbau, Raül Sanchis, Joan Cid y Pau Puig. Hablamos en
esta ocasión con Pere y Raül. “Nosotros cuatro habíamos coincidido en
otros grupos de música y ya nos conocíamos, pero no fue hasta después de
un concierto en el Casal Panxampla de Tortosa cuando decidimos crear
nuestra propia formación”, explica Pere, vocalista, “calijó” de pro y
cofundador del grupo de danza tradicional “La Sotà” de Benicarló.
Y es que lo que fue una colaboración puntual, se convirtió en toda
una experiencia musical para los cuatro chicos. Así, es a partir de 2010
cuando Som Sonats empieza su andadura en el duro camino de la música.
“En estos dos años nos hemos conocido más, hemos madurado como personas y
como músicos y hemos ido montando un repertorio estable”, añade Raül.
Él, como sus compañeros, proviene de la música clásica. Es pianista y
flautista, aunque su reciente faceta como acordeonista diatónico, le ha
cambiado la perspectiva por completo, asegura.
La principal característica del grupo es su “pasión por improvisar en
el escenario y hacer disfrutar al público”, coinciden tanto Pere como
Raül. “Podemos comenzar con un danza de los Nanos de Valencia, y a
partir de ahí, ir improvisando, creando otras armonías y pasar por
completo a otro estilo diferente”, dice Raül, a lo que Pere añade: “de
una base que puede durar en principio cinco minutos, podemos alargarla
hasta los 15 improvisando en el escenario”. Hecho que atrae, y mucho al
público, especialmente al joven, que cada vez más se interesa por este
tipo de música tan arraigada al pueblo y a sus costumbres.
“Nosotros vemos a la gente mayor de nuestros pueblos cantando y
tocando con tanta soltura y tanta naturalidad y nos quedamos fascinados
porque hacer este tipo de música no es nada fácil. Lo que pasa es que
para ellos es algo normal, que han aprendido desde pequeños y que les
sale solo”, apunta Pere, que también se ha dedicado a recoger estas
pequeñas joyas musicales de la memoria de los mayores de la comarca y a
preservarlas, al más puro estilo Alan Lomax.
Y es que si uno escucha con atención las letras de los “cants de
batre”, les “jotes de rondalla” o los “fandanguets”, se dará cuenta que
son de lo más costumbrista, ya que narran las vivencias y las anécdotas
que pasaban por aquel entonces. Pere explica que “estas letras se
podrían adaptar perfectamente a nuestros tiempos. Si antes hablaban de
que se les había roto la rueda del carro, ahora podríamos decir que el
alcalde no nos ha asfaltado la calle”.
De lo que se trata es de conectar con el público y hacerle partícipe
de las historias. Otra de las características de Som Sonats es la
cantidad de instrumentos que tocan sus integrantes. Así, los ritmos más
tradicionales de dulzainas, guitarras o castañuelas, se fusionan con
sonidos de instrumentos más exóticos, como el ney, una especial de
flauta turca, o la alboka, un instrumento típico del País Vasco, que
corren a cargo de la habilidad de Pau. A pesar de los tiempos que corren
y de la precariedad laboral en el mundo de la música, los chicos no se
desaniman.
“Excepto Pau, los demás todos tenemos nuestra profesión y la música
la hacemos porque nos gusta y disfrutamos mucho tocando. Nos encantaría
algún día poder dedicarnos más profesionalmente”, dice Raül, que también
añade que “de momento, ya hemos decidido que vamos a tirar para
adelante el grupo. Así que estamos preparando un repertorio que nos
gustaría grabar y hacer una maqueta para colgarla y que la gente pueda
escuchar nuestro trabajo por Internet”.
Aunque aseguran que en estos tiempos lo que más les ha funcionado
para promocionarse ha sido “el boca-oreja” y esperan que siga así para
conseguir más bolos y conciertos. Ambos lamentan que en la comarca del
Maestrat la música tradicional está un tanto dejada de lado.
“En Catalunya o Valencia, este tipo de música está muy activa y muy
considerada por el público, aquí sin embargo falta un pequeño empujón”.
No obstante, ellos no pierden la esperanza y continúan transmitiendo su
amor por la música a todo aquel que les escucha hablar de ella y, por
supuesto, tocarla.